Se acabo. Solo estoy perdiendo el tiempo, lo sé. Y no puede seguir así, ya te lo dije. Pero tú no haces nada. Sigues adelante con tu vida sin más. ¿Y yo? ¿Qué hago yo? ¿Espero? ¿Pero a qué? No puedo seguir así. No puedes seguir diciéndome que me quieres, que me amas... ¡No puedes! No puedes hacer siempre lo que te de la gana con todo el mundo. Eres un caprichoso, un falso, un hipócrita, que te piensas que somos tontas, que no nos enteramos de nada. Y siento decirte que has pinchado, que te equivocas. Y que yo hoy cierro esta historia, porque ya me he cansado, porque soy gilipollas a seguir así, creyéndote todo lo que me dices. Ciega de amor. Y ya me he cansado. Me he cansado de ser la pava de la historia, la gilipollas que no se entera de nada. Me he cansado. Y esto no es motivo de estar triste, para nada. Es motivo de alegría. Se cierra una puerta, que se debería de haber cerrado hace mucho, y se abre otras muchas. Así que, ¿por qué habría que estar mal?