Yo diría que tiene otra...

enero 26, 2012


Estos últimos días me tenía loca. Hablaba cuando quería y hacia lo que le venía en gana. Ya no contaba conmigo para nada, ya no me sacabas esas sonrisas tontas que me animaba o incluso, una vez quería que me soltará alguna de las suyas, para que mis ganas perdidas aparecieran de la nada. Pero ya ves. Me quede con las ganas, y fui yo la que tuvo que sacar sonrisas tontas para que no se enfadará. No sé, parecía como que ese sentimiento se le hubiera ido de golpe, como si ya no estuviera ilusionado con todo lo planeado. Diría que tiene a otra...


Sus palabras estaban llenas de sentimiento. Mucho. Se le escapo las lágrimas que contenía desde el principio cuando me dijo: "diría que tiene a otra...". Y desde ahí no la pude calmar con nada. Le dije lo que no estaba escrito. Le intentaba animar con las tonterías más tontas, con las palabras más dulces que se me podían ocurrir en ese mismo momento. Ya no sabía que decirle, que hacerle para que cortara sus pequeños grifos. Para que sus ojos dejaran de llorar.
La desesperación podía conmigo. Iban pasando los minutos y parecía que lloraba más. En momentos se acordaba y lo hacía saber con un grito pero sin parar de llorar. Acentuaba más su llanto.
Gastó dos paquetes de pañuelos de papel, entre lágrimas y mocos.
Al día siguiente iba a tener los ojos hinchados y así fue. Nos volvimos a ver, en su casa, no salio. Incluso fue verme y echarse a llorar de nuevo. Esa noche tampoco la había llamado. La desesperación del día anterior se pronuncio otra vez sobre mi, y esta vez más acentuada. Muy, mucho.
La saque de casa como pude. Nos sentamos en el banco que había justo en frente de su casa. Al menos allí delante de los vecinos que salían y entraba a su respectivas casas estaría un poco más calmada.
Lloró, sí. Pero poco a poco se iba calmando. Conseguí incluso que callará y que hablara de otros temas. Por nada del mundo le iba a sacar el tema de ÉL.
Al día siguiente estaba más serena. Nos fuimos a comer juntas.

Cuando acaba una relación donde se ha sentido mucho, está claro que se llora. Pero llora poco, y pronto arriba porque el tiempo no espera a que a ti se te pase. Llora y a continuación ríe. Te has quitado un peso de encima.

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