Per voi. Para ti. Por ese algo que pudo ser y no fue. Por ese algo que deseábamos los dos, que los dos queríamos desesperadamente. A ti, se te veía ilusionado con cada proyecto juntos, con cada ilusión que teníamos, que aparecía de la nada y nos produjo inmensa felicidad.  Porque sé, a ciencia cierta, que lo nuestro fue real, y que por mucho que hayamos pasado, los dos nos amábamos de verdad. Lo sé. Porque eso se sabe sin más. Porque todo aquello, no se puede fingir por muy gran actor que seas. Te ilusionabas por mis te quieros, cada vez que me ponía tonta, cada vez que te decía que me sacabas los colores. Porque lo sé. Porque ya por eso y por lo que paso después, nuestra historia no es normal, no son como las otras, porque yo no soy normal y tú tampoco. Y eso es lo que lo hace especial. Inmensamente especial. Y sí. Yo sé que no pudo ser, ni puede ser y que por mucho que me duela y aunque tú sigas diciéndome que me quieres, sé, yo sé que te tengo que olvidar. Por mi bien. Para no sufrir más de la cuenta. Para no sufrir más de lo que ya he sufrido. Tú has sido y serás siempre, una persona muy especial. Pero las historias que no pueden seguir hacía delante, hay que cerrarlas y empezar otras. No comparar historias. Porque cada historia tiene lo suyo, sus ilusiones, sus objetivos, sus sonrisas... Todo. Ninguna comparable con otra. Cada una irrepetible. Única.