La noche transcurría sin sobre saltos. Estábamos tranquilas riéndonos, haciendo las payasas y de momento tocan el timbre. Contestamos por el telefonillo.
- Truco o trato. 
- ¿Quién eres?
- Truco o trato. Truco o trato.
- Trato.
De momento escucho mi nombre. Me sobresalté. Había tanto jaleo que no escuchaba bien quien era.
-Baja un momento.
Me dijeron que era ÉL. Y no entendía nada. No sabía porque me buscaba, no sabía como me había encontrado... 
Bajé cuatro pisos acompañada de dos personas muy queridas.
Una vez en la puerta le miré a los ojos y dijo lo que quería. Mi pregunta era evidente.
- ¿Cómo has sabido que estaba aquí?
Después de unas explicaciones, yo no estaba segura, pero accedí. Le dejé que me utilizará. 
Nos fuimos sin avisar, sin ninguna preocupación, sin llaves, sin móviles, sin nada. 
Después de una hora y pico aparecimos, las tres muy felices pero con la preocupación de saber si estaban enfadados esas personas que nos esperaban arriba. Para nuestra tranquilidad todo fue bien. Estaban un poco molestos por la hora y pico que les habíamos dejado allí pero la noche transcurrió perfectamente.