Contagia.

diciembre 25, 2011

Nochebuena. Para muchos son días de echar de menos a la gente que se nos ha ido, a la gente que ya no está con nosotros.. Mi tío... Mi tío se fue cuando nosotros todavía eramos pequeños. Mi abuela enterró a su hijo. ¿Dolor? Dicen que lo peor que hay en esta vida es eso. Aún recuerdo días comiendo con él, días en su casa con él. Mi hermana le tenía mucho respeto. Muchísimo
Volviendo a hoy. Nochebuena. Visita tras visita. Mi otro tío que no aparece. Sé que a mi abuela le duele, más que a mi abuelo. Es su hijo, y desde hace mucho no lo ve. No va porque no le da la gana. Entre unas cosas y otras, se le ha saltado algunas lágrimas que otras... Yo la he visto, no le he preguntado. Pero ella sabe perfectamente que la he visto. También sé que me agradece que no le haya preguntado. Las dos hemos callado. Hemos seguido a lo nuestro, como si no hubiera pasado nada... 
La noche transcurría, el Discurso del Rey empezaba y este año nosotras no teníamos la mesa llena de gambas. Hemos cenado más tarde. 
Las10h. Gambas en la paella, navajas en la plancha, angulas en el cuenco de barro, y una infinidad de cosas más. Como cada año. El lambrusco no falta. Para mi una cocacola, por favor. No hace falta decir que nos hemos puesto morados como cada año. ¿Te darás cuenta de las calorías? ¡Já! Si no las miro un día normal, las voy a mirar ahora


Mi madre y mi hermana desesperadas con los regalos..
-Los regalos cuando, los regalos cuando...
-Ni que fuerais chiquillos pequeños.

Empezamos a comer. Gambas, gambas y más gambas. Y aún así han sobrado. Mira que son brutas... En una de las veces que mi abuela se ha levantado a por algo.. copa al suelo.
-Menos mal que lo ha tirado ella que sino...
Batallitas. No hace falta decir que me encantan, ¿no? Y su media sonrisa que me mata. Y alguna que otra risa más que no recuerdo.
Y al fin llego la hora de los regalos. Mi hermana y mi madre seguían desesperadas, más de una vez lo han repetido durante la cena y después. Se les ha hecho eterno. 
A mí abuela, una plancha que quería para hacer gambas, navajas y asar infinidad de cosas.
A mí abuelo... Un Mp4 con chistes que le metí. Se ha reído como un niño, y nosotros al verle también. Contagia, al igual que nosotras le contagiamos la risa a él.

-¡Callarse, coño!
Decía de vez en cuando... Estaba la mar de contento escuchando sus chistes, tanto que no ha abierto lo que le había comprado mi abuela. "¿A qué esto también es para mí?".

Y la noche tocaba a su fin. Y yo estoy cansadísima.... ¡Buenas noches y, feliz navidad!

You Might Also Like

0 comentarios