Moccia es magia.

enero 29, 2012


Estaba tumbada en la cama plácidamente. De repente cogía el libro, y empezaba a leer. Él no quería ser feliz, que tonto, pensé. Y de momento, leí que me había tocado el viaje que tan solo cinco libros contenía. Me ilusione, incluso note como se me escapaba una lágrima tonta, vergonzosa, una lágrima de alegría. Ese viaje iba a significar mucho, lo sabía. Moccia es magia, y en ese mismo momento, todo era mágico. Me vino su nombre a la cabeza, hasta creo que lo susurré sin pensar. El subconsciente, que a veces traiciona. 
Cuando me tranquilice, cogí el móvil y llame y solo me salió, "esta noche dime que me quieres". Él, como era de esperar, no entendía nada y me soltó un simple "¿qué te has metido?". Reí, se me escapo. "Mira que eres tonto", pero después recordé como empece la conversación y no le di tiempo a que dijera más. Se lo conté todo, y noté desde el otro lado del teléfono que se emocionaba, que estaba feliz, que era la mejor noticia que le había dado. 
¡¡¡Íbamos a irnos juntos a Roma!!!


Yo ya me veía allí, tan feliz a su lado y en Roma. Corriendo de aquí para allí y él detrás de mi, queriendo cogerme pero no lo consigue y al final me rindo, dejo que me pille, que me bese, que me quiera. Y se me escapa un te quiero más grande que él, un te quiero con mucho sentimiento. Y le digo que soy feliz, y que no necesito más...
¿Estoy soñando? 
Y justamente era eso. Un sueño. Me había quedado dormida sin darme cuenta.

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