Tonterías del corazón.

febrero 01, 2012

La agonía se alargaba, cada vez más. Notaba como se volvía loca. El "amor" la atrapaba, la ahogaba. Necesitaba respirar. Se dice que cuando el amor duele, no es amor. Y eso fue lo que le dije. Ella me miro llena de lágrimas, como una niña pequeña y asintió, sorbió por la nariz y se tranquilizo. El tic-tac del reloj era el único ruido que se escuchaba en aquella casa y de vez en cuando, ella que sorbía por la nariz. Nos quedamos así, sin hacer nada, sin decir nada.
Al rato, después de unos largos minutos ella rompió ese pesado silencio.
- ¿Sabes?
No le deje que hablará.
- Te voy a decir una cosa. Si no estás con él, es que no es para ti. Aunque ahora no veas otra cosa...
- Sé que tienes razón. Pero no sé que me pasa.
Yo sí sabia lo que le pasaba. El amor que muchas veces ciega, y ella ahora mismo estaba así. Muy ciega. Pero callé. Me gustaría habérselo dicho, pero no me salieron las palabras. Tal vez pensé en mí y en todo lo que yo arrastraba, que también tenía lo mío. Y desconecte por completo. Se me paso por la cabeza todas las tonterías que hice por él, que de poco sirvieron. Las veces que lloré, ahogando las lágrimas entre almohadas, entre sabanas. Sola, entre esas cuatro paredes lilas.
- Me marcho. -Le dije sin más, ante esos pensamientos tontos que me aparecieron de la nada.
Quería irme antes de seguir indagando por mi tonta cabeza y recordar algo que no quería recordar, que ante eso mis lágrimas empezarían a salir, como aquella lluvia que aparecía de repente con fuerza, con ganas, y sin ninguna intención de parar.
Ande, ande sola, sin ninguna compañía. Mi cabeza pareció que continuo indagando y de un momento a otro mis lágrimas empezaron a salir como esa lluvia. Sin intención de parar.

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