Pequeñas peleas que acaban en risas.
febrero 29, 2012
Siempre tienen sus pequeñas peleas. Siempre están como dos niños pequeños que conviven juntos, que no se pueden ver pero que a la vez no se pueden separar.
Estos días me he dado cuenta de lo mucho que les quiero. A los dos. Que uno sin el otro no es lo mismo. Que las peleas son de ellos dos. De dos personas a las que amo. Que han estado en los peores momentos y en los mejores. Esas dos personas que me han criado desde bien pequeña, que me han mimado y han sabido llevarme hasta lo que soy ahora.
Las comidas allí, más íntimas, están llenas de risa, incluso de lágrimas pero de felicidad, de carcajadas que se pierden y que son trasportadas por el aire, libres.
Él. Un niño pequeño en un cuerpo de anciano. Llena el baso hasta arriba...
Y la mira a los ojos, seguro de si mismo, con una mirada llena de amor. Y en seguida, poco a poco, la media sonrisa esa que solo él sabe poner, y que a mí me encanta. Le miro, le observo y exploto a reír. Reímos todos.
Estos días me he dado cuenta de lo mucho que les quiero. A los dos. Que uno sin el otro no es lo mismo. Que las peleas son de ellos dos. De dos personas a las que amo. Que han estado en los peores momentos y en los mejores. Esas dos personas que me han criado desde bien pequeña, que me han mimado y han sabido llevarme hasta lo que soy ahora.
Las comidas allí, más íntimas, están llenas de risa, incluso de lágrimas pero de felicidad, de carcajadas que se pierden y que son trasportadas por el aire, libres.
Él. Un niño pequeño en un cuerpo de anciano. Llena el baso hasta arriba...
-No lo llenes tanto que se va a caer y tienes el móvil ahí.
-No se cae, no se cae.-Bebe un poco sin tocar el baso, acercándose.- ¿Ves como no se ha caído?
Y la mira a los ojos, seguro de si mismo, con una mirada llena de amor. Y en seguida, poco a poco, la media sonrisa esa que solo él sabe poner, y que a mí me encanta. Le miro, le observo y exploto a reír. Reímos todos.
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