No tienes los huevos para, primero de todo y lo más importante, ser sincero contigo mismo. Pones escusas tontas que ni tú te las crees, y encima me haces sentirme culpable...
Tal vez saqué cosas nuevas, tal vez siempre tenga cosas en la cabeza, pero ¿sabes? Es porque he abierto más los ojos. Por H o por B, he madurado y he sabido hacer lo que hay que hacer. Lo estabas buscando, ¿no? Me ponías contra la espalda y la pared, sabías que un día me iba a revelar, por decirlo de alguna manera y mandarlo todo a la mierda. Y el momento ha llegado. No iba a estar toda la vida así, esperando a alguien que no quería aparecer, que no quería ponerme las cosas fáciles.
Pero quedémonos con lo bueno, con todas esas cosas bonitas que un día nos dijimos. Olvida los planes, olvida las promesas, eso ya no vale.
Tienes lo que quieres, ¿verdad? No sé porque sigues haciendo que parezca yo la mala. No lo hubiera aguantado si no te quisiera, y demasiado he aguantado aun queriéndote.
Pero esto ya no puede ser. Intentaré de nuevo olvidarte y esta vez lo voy a conseguir, ¿sabes por qué? Porque tengo fuerzas, porque quiero vivir feliz.
Solo me queda decirte una cosa a ti, sé feliz y disfruta de tu vida, y ten una sola, no doscientas por ahí escondidas. Adiós.