Fue bonito mientras duró.

marzo 18, 2012

Entre en aquella pequeña tienda, estuve viendo el escaparate desde hacía rato y decidí entrar. Creo que no pensaba comprar nada, pues no llevaba dinero para comprar cosas tan caras como esas.
Le sonreí a la dependienta y amablemente le insinué que solo estaba mirando. Ella se alejo sin más.
Recordé entonces la primera vez que entre en aquella tienda y posiblemente fue la única. Sí, estuve allí con él, el fue quien me la enseño y yo morí de ver tantas cosas bonitas. Había una gran variedad, me volvía loca pero los precios estaban por las nubes y evitaba ir para no hacerme falsas ilusiones.
Él, la vez que me llevo me compro un ramo de flores, el más bonito que había en la tienda, además del más caro. Sonreí y le dije que estaba loco, pero me abrazo y me beso y olvide el precio enseguida. Él lo había olvidado y lo había pagado. Así que a mí tampoco me costo hacerlo.
Salimos de allí corriendo y sonriendo. Contagiamos a la demás personas que había por la calle de nuestra alegría. Eramos felices, muy felices.

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