Unas uñas azules como el cielo de París

noviembre 11, 2012

Ayer fue un gran día.
Marqué en mi agenda con suficiente antelación (días, semanas...) que al fin venía a Alicante Maxim Huerta. Ya había conseguido ver a mi gran Milán apenas un mes y pico y ahora venía Maxim! El caso es que fui acompañada y sí con ilusión, pero no igual que cuando fui a ver a mi Milán. Con ella prepare una carta y pensé que llevarle durante meses. En cambio con Huerta... Bueno ilusión tenía sí, pero no la misma que con Ana. 
Llegue allí, a la casa del libro de Alicante, y ya había un grupito de chicas esperando a que él llegará. Tres cuartos de hora esperando, nosotras que somos unas desesperadas, ja ja ja. Los colores se iban acentuando a medida que iba pasando los minutos y se acercaba el momento. Y de momento suena el móvil de mi madre, era Vicente, su novio, que se había ido a un bar cercano a la librería y había visto a Max. Los pocos minutos que quedaban los fuimos agotando mi madre y yo con tonterías, con nervios y con alegría. 
De un momento a otro apareció por la puerta con su madre. ¿Impresiones? Pero que alto, que delgado.... ¡Qué guapo! ¡Qué gusto! Y él se limitó a darnos las gracias, no paraba de darnoslas. 
Se sentó en la mesita que había preparado y él mismo acercó otra silla para que conforme íbamos pasando tomáramos asiento, según él, para que no fuera tan formal. El grupito de chicas fueron pasando y cuando me quise dar cuenta me tocaba a mí. Y empezó mis nervios aún más acentuados. 
Me senté junto a él y intercambiamos unas cuantas palabras, y mi madre allí, de pie, delante de la mesa....
- ¿Éste ya te lo has leído verdad? -Me dijo refiriéndose a "el susurro de la caracola"-.
- Sí, hace mucho. Y éste también. -Le dije refiriéndome a "Una tienda en París"-.
- Qué rápida.
- Es que lo cojo con ganas...
Unas sonrisas, la foto.... Y entra mi madre en acción....
-Yo te iba a decir muchas cosas, pero mi hija ya me ha reñido y me ha dicho que no se la líe aquí...
-No mujer, me puedes decir lo que quieras. -Le dijo con una sonrisa-.
Me firmó los dos libros que llevé. La cosa se iba acabando y yo quería quedarme eternamente con él. Qué felicidad, qué tranquilidad, qué apretones de brazo me daba... ¡Qué maravilla de hombre!

Me vine totalmente enamorada de él.

You Might Also Like

0 comentarios