Cinco de abril.

abril 08, 2013

Mi ilusión se despertó al enterarme que mi querida Milán venía muy cerquita de donde yo vivo... La sonrisa venía a mí tras un par de días alicaída por culpa de alguien que se pasaba de listo. El caso es que, al enterarme de la gran noticia mi cabeza empezó a maquinar. Quería llevarle algo, quería que esta vez fuese especial, que no se me escapara nada, que todo fuera perfecto... Y mi cabeza maquinó, y mi ilusión se acentuaba cada día más.
Decidí llevarle algo, y tras días sin dejar de pensar lo tenía claro. Le encanta la Kitty. Ya estaba casi decidido. Me acerqué a la tienda 'oficial de la Hello Kitty' (jajaja) y allí la chica me acabó de convencer. Reuní todo el dinero y a los pocos días ya estaba allí de vuelta, lista para traérmelo a casa. 


El día 5 llegó, y yo todavía no sabía que conversación establecer con ella... Comimos y nos subimos a Elda a esperar a la preciosidad. Ya ves tú, las 4 serían cuando llegamos allí. Y de un momento a otro, estando en la puerta del teatro un aire helado se reveló contra nosotras, con lo monas que nos habíamos puesto... Y sin darnos cuenta, empezó a caer las primeras gotitas que daban paso a una lluvia acompañada de ráfagas de viento. Tuvimos que huir. Tuvimos que meternos en algún sitio porque nos estábamos quedando muertas de frío y además íbamos a acabar, de no ser así, empapadas de agua. 

Entramos a un bar, un lugar de copas más bien, y que lugar, y que baño... Nos quedamos asombradas, y no fue para menos. Yo por mi me hubiera quedado allí bajo.
Pero volvimos arriba, al lugar de copas, y cogimos asiento. 
Y detrás del gran ventanal observaba como las gotas caían con furia al suelo empujadas por el salvaje viento helado. 
Mi ilusión iba desapareciendo con esas gotas que iban cayendo al suelo. Ya me veía de vuelta con el regalo, tal y como había ido. Y me vine abajo. Me desanimé. Pero no hay mejor cosa que preguntar e informarte. "Suelen entrar por la puerta de detrás, la de allí al fondo". Aún así, me entristeció toda esa situación. 
Las horas iban pasando y yo desesperándome, además había que estar en casa antes de las 7 para llevar a la mamá a trabajar y me mató...
Otra pregunta más. "Vendrán sobre las 7 o 7.30". "¿Y la mamá a las 7? Y encima lloviendo..." -pensé-. Pero poco a poco las gotas fueron desapareciendo. Nosotros nos quedamos allí esperando a la Milán. Dejando pasar los minutos. 
Y después de un poco de todo, de pasar frío y quedarnos heladas, de entrar y salir del supermercado y de nuestras idas de olla... Por allí aparecía un todoterreno verde, "es ese coche, ya está aquí" -decían algunas de las fans que también esperaban a que llegara-. 

Y allí estaba, Fernando y ella.......... Baja del coche con un cigarrillo que apaga al instante, se sube los pantalones y nos saluda a todos nosotros que la esperábamos "que frío". -Si tú supieras Milán...-. Saludó a los de sonido y se centro en nosotros. Fotos por aquí y por allá, sonrisas y miradas profundas. Me mira, me ve con el regalo, se pone enfrente de mi, se frota las manos y con esa mirada profunda y una sonrisa me mira... Ya está, me temblaba todo. "Toma, esto es para ti"-idiota, que idiota a sonado todo-. "¿Para mí?" Con ese tono que sabe poner ella. "Chuches", "no, solo una piruleta..." Y lo saca y se asombra y me sonríe, y yo me arribo a ella y le doy un beso y un abrazo. Sí, yo, tan cortada como soy, tan tímida... Pero así me salió y me alegro tantísimo... Más fotos con los demás... "Ana, ¿te haces una foto con nosotras?", "Claro!". Y fotos hechas, y cada vez más feliz... Yo ya ni me acordaba del dibujo que me llevé para que me firmará. "Ana, ¿lo viste?", "Sí, es precioso", "¿Me lo firmas?", "Claro". "¿Cuánto tiempo te llevó?", "No, me lo hicieron", "Y ¿cuánto tiempo le llevó?", "Muy poco, ella se pone y en un momento lo tiene hecho", "Pues felicitala de mi parte". 
Que minutos. Y que intensos. Y que intensa ella. Y que feliz estaba. Y que.... Que cabía en mí. 

Gracias Milán por hacerme tan feliz.




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