Cuando París dormía.

agosto 09, 2013


¿Os he dicho alguna vez que Marco es un encanto? Pues lo es. De los grandes. 
Me tiene locamente enamorada de él, así, tal cual. 
Anoche me hizo pasar la noche más bonita de mi vida desde bien temprana la noche. Incluso ya por la tarde ya se veía que esta noche iba a ser especial. ¿Qué día no es especial con él? Él le da un toque a todo especial, además, París... París es el ingrediente perfecto para una relación. Aquí todos los días hay amor. La temida rutina no se apodera de mí, de nuestra relación y eso es lo mejor que te puede pasar. 

Anoche, cuando todo París dormía, Marco y yo nos escapamos. Una escapada romántica a oscuras. El Sena estaba tranquilo y París casi desierta. Me preparó un mini-picnic digno de repetir con todos. Nos pusimos cerca de la torre Eiffel iluminada, todo tranquilo y silencioso. De momento aparecieron unos músicos que empezaron a tocar para nosotros dos. Imaginaros la escena. Fue... No creo que tenga palabras para describir como me sentía en ese momento. Mágico se queda corto y especial más aún. 
Nos abrazamos mientras los músicos tocaban alrededor nuestra. Me miró a los ojos y le salió un "Je t'aime" que rompí a llorar. Las lágrimas caían y los músicos llegaban al momento más piano de la partitura. Quise levantarme y decirles "allegreto", pero en los brazos de Marco se estaba mejor. Me secó esas largas lágrimas. Me volvió a mirar a los ojos húmedos y me besó. Fue... Sigo sin tener palabras. Un nudo en la garganta se volvió a posar en mí. Pero lo reprimí con un arrebato de felicidad y locura. Le abracé tan fuerte que me pareció desmontarlo. Era tan feliz a su lado...
Los músicos se fueron y volvimos a quedarnos solos con nuestro amor. 

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