N.
noviembre 23, 2011- El miércoles es el cumple de la nena. Vendréis, ¿no?
Mucha comida; tortas, patatas, sanwiches... Lo normal en un cumpleaños. Y como no, regalos, mucho regalos para ella. Ropa, juguetes... Está muy mimada, es la pequeña... Y todo de su color favorito. Le vuelve loca el rosa.
Nos perdíamos, no me gusta estar donde haya mucha gente. Y más esa clase de gente, con la cual no tengo ningún tipo de confianza y me corto. Me río de todos y de mí con mi querida hermana, y entonces me siento mucho mejor.
La hora de la tarta.
-Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos todos, cumpleaños feliz. Biiiiieeeeeeeeen.
En la tarta dos velas, más las otras que ponían FELIZ CUMPLEAÑOS. Y es que hace dos años que nació la alegría de la casa. La alegría del campo cada sábados o domingos. La niña de pelo rubio y ojos claros. Una monada.
Y el cumpleaños se ha desarrollado sin sobresaltos. Nosotros, alejados de todos, con jaleo, pero el suficiente. Y me he reído. Me he reído mucho. Que gente.
Y si hay que destacar a alguien, destacaría a un hombre, guapo, muy guapo en el cual me he fijado. Bien vestido, bien arreglado... Sigue soñando, Glo, sigue soñando.
- No me gusta, ¿vale? Pero es lo único que me ha salido... ¡Lo siento!
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