- Perdona pero, ¿no decías que no te gustaban los hombres así?
-Tienes razón, dije que no me gustaban los hombres rubios, que no quería un chico musculoso a mi lado, que no quería a nadie más caprichoso que yo, más celoso que yo. Pero, ¿qué hago? Me he enamorado de un hombre todo lo contrario de lo que quería. Pero supo como atarme, sabe tratarme como a una princesa, me da todos los caprichos que pido sin rechistar, nuestros celos nos matan, ¿pero sabes lo bien que sienta después las reconciliaciones? ¿Sabes que me deja ganar en todas las peleas y que cuando me levanto con ganas de discutir sabe como frenarme y hacer que se me pase ese mal humor que sale de repente?
-Vaya...
-¿Sabes? Aunque a mí se me olvide hacer algo en casa lo hace él y me dice lo que me tiene que decir con un tono que me hace reír. No me puedo enfadar con él. Me es imposible.