Cerrando todos los antros del pueblo.
abril 19, 2012
- Un ron cola por aquí. -Un camarero guapo, moreno, con un atuendo un poco desapropiado y desaliñado, me acercó la bebida en pocos minutos. Unas miradas y una sonrisa antes de alejarse conforme vino.
Y me deje invadir por ese primer trago fuerte y que tan poco me gusta.
Las horas fueron pasando y yo ni me di cuenta. Las 3 de la madrugada marcaba aquel gran reloj de pared de aquel antro. Y aquel camarero moreno fue bajando la persiana poco a poco.
Desaparecí antes de que saliera de nuevo y cerrara del todo la persiana y me metí en el bar de al lado.
Otro camarero con no muy buenas intenciones me vino a buscar a la entrada, me pregunto que quería tomar y me acompañó a la barra.
- Un vozka con coca cola. - Y delante de mi fue añadiendo los hielos, la cortada de limón, el vozka y por último la coca cola.
Quiso que le contará mis penas, pero en un descuido salí de aquel bar sin ni siquiera pagar.
Caminé como pude hasta el siguiente bar. Tenía el recorrido marcado desde antes de salir de casa. Entre al siguiente, no me gustaron las pintas pero quise pedir algo.
Alguien que no recuerdo quien, me lió y me tubo allí dos largas horas invitándome a chupitos que siquiera me gustaban. Conseguí, dios sabe como, deshacerme de él.
- Ahora vuelvo, voy a hacer una llamada importante.
- Voy contigo.
- No, quédate aquí guardando la mesa.
Salí por patas. El pensamiento de volver a ver a aquel hombre me aterraba. "Ni que fuera el hombre del saco". Yo sola reí.
No me tenía en pie, menos mal que ese último bar estaba cerca de casa, menos mal que conseguí salir de allí sin aquel hombre tan pesado ni sin seguirme.
Abrí la puerta con la llave casi doblada. Cerré la puerta a mis espaldas y fui derecha a mí habitación. Me encerré, abrí la cama y me metí dentro conforme iba. Mañana sería otro día.
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