Ella y sus natillas caseras.

abril 08, 2012

Un cazo grande. Un dulce aroma que llega hasta mi. Natillas caseras. Unas ancianas manos removían las natillas a fuego lento. Me quede observándole mientras continuaba removiendo, como apartaba el cazo del fuego y continuaba removiendo para evitar que se apegará como la pasada vez. Retiró las pieles de limón que había puesto para que diera más sabor a esas deliciosas natillas que tan buenas le salían siempre. 
Los cuencos ya estaban preparados, cada uno llevaba una galleta. Vertió las natillas ya hechas en los cuencos. A las galletas les dio por subir hacía arriba y ella con cuidado las hundía una a una. Una vez que había acabado, la canela era el segundo paso. Con sus manos cansadas iba manchando la capa de natillas de cada cuenco con un marrón canela. 
Ella, sin mediar palabra, me paso el cazo para que repelara. Sabe que me encanta. Y yo le di el gustazo de verme disfrutar, de mancharme hasta la nariz, la mano al completo. Y ella reía al verme así. 
Yo recordé mi infancia y ella la recordó conmigo

You Might Also Like

0 comentarios