Atribuyendo adjetivos.

junio 09, 2012

Una tienda tras otra. La obsesión por los vestidos era tal que los miraba absolutamente todos y buscaba algo bueno de ellos. "Éste color me favorece. Éste otro es muy mono. Pero, ¡mira éste!...." Un sin fin de adjetivos le iba atribuyendo a cada vestido por horrendo que fuese.

Irene Motalà.
La cuestión era: ¿se iba a comprar alguno? Yo sabía perfectamente que no, no llevaba nada de dinero, ni un céntimo. La dependienta le ayudaba a buscar su talla, le llevaba vestidos al probador para que ella viera cual le quedaba mejor... Hasta que dijo: "Bueno, ya me pasaré". La dependienta quedo absolutamente chafada, el semblante se le cambio de un momento a otro. Esas palabras la dejó derrotada por completo. Vio que sus esfuerzos por buscar una prenda que le fuese bien había sido en vano. Pero continuaba con la sonrisa en la cara, parecía que le hubiesen inyectado una dosis de quien sabe que para que no la perdiera, y el efecto fue eficaz.
A mí, en cambio esas palabras fueron una liberación, iba a salir de esa tienda en breve. Estaba feliz.

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