De momento un día, una persona querida te empieza a decir las verdades que tú no querías ver, esas verdades que duelen, esas que una AMIGA te dice porque te quiere y no quiere que te hagan daño, esas verdades. Y la sonrisa se esfuma de la cara o ese simple bienestar desaparece por completo. Empiezas a recapacitar en todas esas palabras y en todo lo vivido y te vienes abajo. Dejas que tus ojos plasme aquello que tienes por ahí escondido, y las lágrimas empiezan a salir. Te encierras en tus cuatro paredes lilas y en silencio, empiezas a desahogarte con tu almohada, esa a le que le caen todas las lágrimas, todo ese sentimiento que tenías guardado y guardando hasta que tu AMIGA te abre los ojos. 
Vale, ojos abiertos y todo lo que queráis, pero el problema es que está la razón frente al corazón, algo tan jodido que no sé, no sé como salir de esa situación, y como una niña pequeña lloro y lloro como si no me quisieran comprar algo o por el simple hecho de no tener algo que quiero. Y eso es....
El llanto se acentúa y no quiero dejarlo marchar, quiero seguir con él, con el llanto mucho más tiempo, quiero deshidratarme llorando mientras me digo lo idiota que soy, añadiendo una retaíla que mejor no reproducir... Las ganas por todo se desvanece.
Es tarde, las 00:35 y tengo que madrugar, me seco las lágrimas... Vuelvo a pensar y vuelven a aflorar... "Glo, no puedes seguir así, ¿te estás viendo?"-Me digo para mis adentros-. Me seco las lágrimas, me calmo........ Mañana más.