La vida da muchas vueltas, más que una noria. Por eso no me gusta la gente que alardea de lo que tiene o lo que deja de tener. Odio la gente que te para por la calle y "mira me voy de viaje a las Maldivas" con un tono de superioridad que no se lo aguanta ni ellos mismos, o "me he comprado un Audi, ese que sale en la tele, el último modelo". ¿Sabes una cosa? No me gustan los coches caros, no me gusta alardear de nada, no me gusta los aires de superioridad. No me gustas. Y todo lo que he dicho es verdad. 

Estos últimos tiempos, los cambios se han aposentado en mi vida. Una decisión que no era mía y que tuve que tomar yo; alguien que solo hace daño, que solo aparece para un picor hueval; enfermedades que vienen y van, que se aposentan en tus seres queridos haciendo daño a todos... Todos estos cambios han hecho que yo también me una al cambio. 

He aprendido a que hay muchos puntos de vista de una misma situación y que todos son tan válidos como el mío. Que hay que conocer todos ellos para poder juzgar a una persona porque tiene sus porqués para hacer lo que ha hecho o actuar como actúa. Y que la vida es muy puta. Más de lo que merecemos muchas veces. Que al quien le pica sus huevos ha pasado a mejor vida  y que no me interesa lo más mínimo. Que por fin, ha pasado lo que nunca pensaba que iba a pasar, ver que hay más gente, más persona, que tú. Lástima. Y de las enfermedades... De eso mejor no hablar.