Recuérdame.
febrero 25, 2016
¿Recuerdas aquella famosa mañana, cuando yo aparecí en tu vida? Estabas tan guapo... Te quedaste paralizado cuando me viste pasar. Yo te quise saludar, pero en cambio, baje la cabeza avergonzada, estoy segura que mi cara cambio de color de inmediato, tiñendo mis mofletes de rojo tomate. Creo que a ti, no te importó mucho, continuaste mirándome produciendo en mis mofletes que se tiñeran de un tono más rojo todavía.
Durante esa mañana, mi cabeza no olvidaba lo idiota que había sido y solo deseaba encontrarte de nuevo para saludarte como es debido. Y así lo hice, unas de las mañana siguientes, te volví a encontrar, paseabas por la calle sin apartar la mirada de mi. Yo te vi e hice lo mismo. Dos tontos mirándose por la calle, sin importarnos quién se cruzara por delante de nosotros y nos diésemos con ellos. Ese día fui valiente, ese día por fin, solucione la caga de la otra mañana, saludé, pude pronunciar un hola, con todas y cada una de sus letras y tú, no tenías más remedio que contestar. Creo que con ese hola las miradas se perdieron felices.
Desde esa mañana, la cosa fue más fluida y más normal. Tú intentas hacerme reír cada vez que me ves y yo, que soy de risa floja, me dejo, y eso me gusta. Me gusta que me hagas reír, me gusta que te preocupes por mi y me gusta que siempre tengas una sonrisa para aquel o aquella que la necesite, y yo soy mucho de necesitarlas.
Gracias a ti, los fantasmas del pasado son libres, aunque vayan y vengan, pero se van más que vienen y eso también me gusta. Lo que no me gusta, es que ya no te quedas embobado, ya no nos echamos esas miradas que paran el mundo, ya no me miras como lo hacías antes. No sé, igual son cosas mías, pero... ¿Qué nos ha pasado? ¿He hecho algo que no estaba bien? Yo es que soy muy rara, pero te pienso mucho. Quiero que lo sepas.
La otra mañana que también iba acompañada, pasaste cerca y me saludaste, mi acompañante me contó que habías preguntado la otra mañana por mi y... La sonrisa pintó mi cara de sueño por completo. Con ese pensamiento pase el resto del día, pensando que tú también te acuerdas de mi aunque pase mucho tiempo sin vernos, y eso... Eso también me gusta, y mucho.
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