Después de llorar y sacar todos los mocos de las fosas nasales, se queda muy bien una, ¿no?

Hoy me he venido abajo, una sucesión de cosas que colman el vaso y se desborda empezando por una retahíla de maldiciones y de mandar a la mierda a todos y acto seguido, cuando consigues quedarte a solas, todas esas maldiciones se convierten en lágrimas deseosas de salir. Ahora estoy vacía. 

Creo que llevo unos días sobre pasada, por cualquier cosa salto con palabras malsonantes que hacen daño a los demás, de hecho, las busco para eso, para joder. Creo que necesito replantearme las cosas, tomarme mi tiempo, volver a aislarme y pensar mucho, pensar de verdad. 

Otra de las cosas que ha conseguido que el vaso se colme es S, vamos a llamarla así. S es de esa clase de personas que te quieren tener controlada, que te quiere tener cerca aunque no hagas absolutamente nada, de esas personas que a mí, personalmente, me traen por la calle de la amargura, que me apaga y hace sentirme como una marioneta en sus manos. Es un amor-odio que no puedo con él. 

Y, ¿qué puedo hacer? Seguro que vosotros pensáis que es muy fácil, apártate de esa clase de personas, las personas que no te aportan nada bueno quítatelas de en medio, solo van a conseguir que te sientas mal día sí y día también. Eso sería lo fácil, lo lógico. Pero, ¿qué pasa si os digo que esa persona es parte de mi familia? Y que a pesar de todo eso, la quiero mucho. Complicado, ¿verdad?

Hasta ahora no me había molestado nada de lo que hacía, no me molestaba ir, venir, recoger, transportar.... Pero algo en mi se ha accionado, algo en mi ha cambiado y NECESITO con urgencia mi espacio, necesito con urgencia dirigir mi vida a donde me de la gana, como si quiero tirarla por la borda. Quiero ser yo la que elija que hacer en cada momento, la que elija con que quiere perder el tiempo, como si quiero tirarme en el sofa y contar los minutos hasta la noche. Estaría perfecto y solo porque yo lo he elegido. 

En fin, me voy que tengo que pensar mucho.