Ese café de sillas a rayas.

octubre 10, 2017

Hoy Màxim me ha sorprendido subiendo una historia a instastore. Hablaba sobre el viaje a París y que me esperará en el café Bonaparte. Sí. ¡Me muero! Los nervios se ha despertado y la imaginación a volado hasta ese café de sillas a rayas, que por cierto, no me gusta el café, lo que me puedo tomar es un bombón descafeinado de sobre, ¿cómo se pide eso en francés? 
A veces, pienso que otra persona aprovecharía más la oportunidad que me han dado. Soy cortada y los nervios me juegan malas pasadas, encima, los tengo adormecidos y seguro que despiertan todos a la vez en el momento menos inoportuno. 
Yo que "escribo" no me gusta que la gente me pregunte el por qué de esta entrada o el por qué de la otra. Escribimos nuestros sentimientos a solas, encerrados con velas o música a bajo volumen, nos desnudamos y no queremos, o más bien, yo no quiero que venga un psicólogo a destapar mis traumas, y pienso que a él tampoco. Y no sé como empezar o de que hablarle sobre el libro.
Es un libro duro, con el que he llorado por él, por esa infancia dura, por alguien que ha sido duro... No quiero sacarle el tema, porque no quiero que lo pase mal, porque no quiero que pase un mal trago. No sé como lo haré.

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