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Aprendizajes.

julio 03, 2018

La vida me ha enseñado que lo más importante es uno mismo, que eres tú, solo e único, frente al mundo, que eres tú tu mejor amigo, que eres tú quién más te tiene que querer, que eres tú quién se tiene que salvar si es necesario, que eres tú quién tiene que luchar, que tú eres lo que importa y nada más.
No he pasado los mejores días de mi vida, han sido duros. Los pilares sobre los que me apoyaba, mis amigos, tras un terremoto, se vinieron abajo. No se salvó ninguno, las decepciones estaban a la orden del día, día sí y día también. He llorado, he querido gritar y cantarles las cuarenta a más de uno, he querido salir corriendo y no saber nada de nadie, he querido desaparecer. Pero gracias a mi sentido del humor, he cambiado todo eso por risas, quitándole importancia y diciendo, "ellos se lo pierden". Gracias también a los míos, a los de verdad, que me sacaban de casa y también le ponían humor a todo.  Gracias a mi incondicional, mi hermana, que lo hemos sufrido juntas, que nos ha unido más y nos ha hecho más fuerte, que hubiera matado si esa noche te llega a pasar algo pero, con nosotras no pueden.
A día de hoy, pienso que no necesito a nadie, que tengo asumido que la gente va al sol que más calienta y que igual hoy, les conviene ir contigo pero que mañana ya no. Y así es la vida y así son los intereses de la gente, una lástima pero la triste realidad.

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